El tratamiento con toxina botulínica, conocida popularmente como Botox, es ampliamente conocido y seguro en manos de médicos especializados. El extraordinario efecto de este producto radica en su capacidad para eliminar las arrugas de expresión en base al bloqueo selectivo de los músculos de la mímica facial. Su aplicación es rápida y ambulatoria, su efecto es precoz, empezando a manifestarse al segundo o tercer día con su máxima expresión al séptimo, y perdura entre cuatro y seis meses. El tratamiento puede repetirse dos o tres veces al año para mantener el resultado. De esta manera se consigue también un efecto preventivo frente al envejecimiento,en base a una reeducación de la musculatura facial y a una reducción de las arrugas de reposo.